miércoles, 23 de mayo de 2018

Derecho e Izquierdo






Imaginemos cierta la existencia de una Fuerza o Ser Superior que nos  escucha y responde, interior e inherente dentro del ser humano llamémosle Dios (por usar un nombre genérico que todos conocemos). También concibamos a gente confiando nada más que en sí mismos; soy cuerpo con la mente dentro de este y viviré hasta mi último día con la saya  puesta.

Voy a comprobar cómo debería solicitar un favor para que sea favorecido.   


Petición realizada sinceramente.

Si creo en esa Fuerza Ser Superior alojada en mi interior y en estos momentos tengo un grave problema en la realidad en la que vivo, de seguido efectúo una sincera petición con devoción y por supuesto, espero sinceramente y con absoluta fe, de que, llegada la mejor circunstancia en el tiempo se me comunicará de una u otra forma el desenlace del mismo, ¿para qué antes o después? Me olvido del problema en la certeza de que ya está resuelto y continúo con mi vida con una sonrisa. Esperando confiada a que venga con una mejora de la situación. Esa sería creencia verdadera puesta en ese Poder al que considero mi benefactor. Lo que es lo mismo, el dador que me da lo que le solicito, ni más, ni menos. Luego es cosa mía colocarla en adecuado lugar de mi particular escenario para que el resto de piezas vayan cayendo por sí solas. Por mi parte ya lo hice todo, pedí sinceramente y recibí mi fe. El amor gana.

Petición realizada con sinceridad.

¿Qué pasa si creo en ese Ser Benefactor y a la vez cobijo dudas por no haberme mostrado mi fe pasadas veces que en verdad le necesité? Demandé con devoción y con sinceridad. Sucedió que mientras esperaba impaciente me otorgara la solución del principal problema, (YA,) llegué a creer que no recibía por no haber estructurado correctamente la plegaria, y cansina, la pido una y otra vez, orando con dudas y temor de que me venga algo peor, casi a punto de no creer real a ese Ser Maravilloso nunca visto ni oído. Resulta que la respuesta estuvo dada en el momento pedido pero claro, tanta variación en plegaria y petición con tan parca fe, que la solución facilitada por el Ser que se supone quiere lo mejor para mí puesto que habita en mi interior, a su vez va variando la resolución y el principal problema nunca termina por resolverse. Entretanto, añadidas contrariedades se han unido al principal que además, presume de estar olvidado. Continuaré solicitando ayuda de la misma manera para las batallas cotidianas que mi modesta realidad lanza de continuo contra la cara. El miedo gana.

Reflexiono.

¿Qué ha acaecido en cada una de las dos peticiones? Admitamos que quién más o quién menos creemos en un “algo”. Si ese “algo” no reside afuera por tanto ha de estar adentro de lo contrario no hay creencia verdadera en la existencia de ninguna Fuerza Superior y la desconfianza permanece en conflicto con la seguridad.         

La primera petición fue realizada sin titubeo y sobre todo sinceramente. Quiere decir; que no albergué duda de ser escuchada y por ende respondida. Hay genuina fe y se me concede la bendita solución justo en el preciso momento de lógica necesidad que el amor escogió para mi propio bien sin yo saber. 

La segunda petición fue realizada con/sinceridad. Parece que quiera decir lo mismo que sinceramente, sin embargo me di cuenta que a la sinceridad no se le puede anteponer nada, ni siquiera el “con” que vendría a ser un obstáculo, puesto que “con” puede confundirse y mandarme la respuesta “con” muchos misterios causantes de  mantenerme en vilo apoderándose de mí la inseguridad que proporciona el miedo.

¿Si no hay nada de todo en la nada?

Cabe la posibilidad de que no crea en nadie ni nada en particular, todo sea una fábula, no hay una nada que esté llena para darme lo que es imposible exista. ¿Qué puedo pedir para que se me conceda? La realidad en que tengo aposentados los pies es la única presencia conocida y con el esfuerzo del cuerpo y mente, valentía decisión y otras alhajas de los ídolos llamados ilusión, por mí misma labraré el destino si nací sin alguno establecido. Solo como ser humano soy dueña de él hasta que establezca conexión con el Ser. También está bien, todo vale. La Creación y creatividad no van a enfadarse conmigo.


Reflexiono de nuevo.

Yo, creyendo en el Ser y el ser, me permito la licencia de razonar  que para este último grupo de personas que navegan por las azules aguas de su mar cualquier problema y solución estarán siempre en la ola que les venga. El futuro está supeditado por simple distorsión (NO) por SI de que, “la nada está llena” y tan solo existe el vacío en el espacio de su si/no

Falta aprender una lección vital la cual asegura que uno tiene el Poder para elegir su mejor y atrayente existencia dependiendo de los ojos con la que esta sea observada y entendida. 
Por tal, una vez aprendida puedo y debo ajustarla al más bello estilo. 
Es mi derecho e izquierdo.  



Mila Gomez. 

* Reflexión publicada en el libro. 
Universo de Esperanza. Lucha por la Vida






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