El pasado mes de marzo, la compañera y amiga +Julia C. tuvo la
gentileza de invitarme a mostrar el escritorio, luego en mayo, como sabéis, me tomé un descanso de la red, los meses
pasaron. Ahora que vuelvo a estar activa por aquí, cuento con la mejor ocasión de mostraros el que conmigo, estará de nuevo ocupado. Y que con mucho gusto os lo enseño.
Me encantó conocer el escritorio de Julia, y el de quienes posteriormente
quisieron mostrarlo. Gracias, Julia, por tu iniciativa ingeniosa a
participar para conocernos mejor.
Os diré que sin ser un ritual, prefiero escribir teniendo cerca velas encendidas, y con la fragancia de un incienso, a veces con melodía de fondo a bajo volumen.
Plumier para lápices y
bolígrafos, con cajonera en dónde guardo las notas, los pendrives, pinzas
y clics. Situado en la parte izquierda de la mesa, por lo que en la foto anterior no se aprecia.
Me apetece mostraros unos dibujos que antes de iniciar el blog me gustaba pintar, y que ahora son testigos en mi andadura cibernética.
‹‹‹‹ helos aquí.
La buhardilla/escritorio dispone de una terraza la cual es muy visitada
en las noches de suave temperatura, me gusta salir y sentarme en una hamaca a
disfrutar de la lectura, de vuestros interesantes posts, o, inspirarme mirando
al Firmamento en un silencio que a veces resulta sobrecogedor, roto por el
tañido de las campanas de la iglesia recordando las horas del tiempo. Por
momentos entro en un estado de sosiego contemplando la maravilla que se alza
sobre mi cabeza, y me parece imposible que aquí abajo, cueste de encontrar la
paz.
Por el día me asomo a
escuchar mejor, cuando por megafonía pregonan las noticias del pueblo, cualquier
evento de la clase que sea y que repiten tres veces, tal como una fiesta, la
llegada del mercadillo con todos los artículos que trae a la venta, o la del
pescadero que viene dos veces por semana a vender el pescado, éste pregón es
inconfundible, aparte de saber qué producto puedes ir a comprar, al comenzar el
enunciado se escucha la música y letra de “Desde
Santurce a Bilbao vengo por toda la orilla…” aún sigue haciéndome gracia. Los demás
pregones los amenizan con una jota tradicional antes de hablar. Otro pregón
inconfundible es cuando escucho una marcha fúnebre, comunicando quien de los
vecinos o vecinas se ha marchado y a qué hora se puede ir a despedir y
acompañar a los familiares en su dolor. Ley
de vida que en los pueblos se siente a fondo.
Y esto ha sido todo, un pequeño recorrido por una de mis páginas en la vida en la que me comunico virtualmente. Gracias por la visita virtual.
Encantada visitaré el escritorio de quienes quieran mostrarlo de la misma forma. ¡Animaos!!! ¿Que me dices? +I. Harolina Payano T.
Mila Gomez.
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