Llego al interior de una espaciosa alcoba elegantemente decorada, caldeada por un gran brasero de bronce de exquisita calidad artesanal asentado en pies también de bronce. El contenido de la estancia además sustenta cierta sobriedad y moralidad religiosa, cuyos dueños revelan poseer abolengo elogiable en el lugar donde residen.
Un hombre y una mujer están entregándose cariño con pasión. Sus caricias, abrazos, susurros, besos…,todo en ellos refleja el amor que se profesan. Cerca de sus arrobados contornos distingo enlazadas y sutiles espirales de purísima luz, creándose con cada suspiro de gozo dedicado.
De
repente aparece una intrusa voluta en forma de nubecilla gris, es un ego de
culpa procedente de la mujer por estar cometiendo adulterio.
La
nubecilla se dispersa por la habitación como si quisiera atrapar algo, aproxima
a los amantes y enrosca en el aura del hombre por unos instantes. El amor que
siente por la mujer es sincero, profundo, consiguiendo sin él saber, que la nube
gris se aleje desapareciendo por una de las paredes.
Me parece estar contemplando una magna celebración por todo lo alto de aleluyas, emparejadas con las pátinas del arco iris.
Consiguen fusionarse en
un solo ser a través de la energía sexual proporcionada por el amor que les une, disfrutando sin el peso de la culpa. Los cuerpos sutiles van descendiendo juntos estableciéndose en respectivos físicos. Sus semblantes están radiantes y sus cuerpos brillantes de placer.
Estoy emocionado por lo contemplado y creo que es momento de partir, no obstante, algo retiene mis pies en vilo. La nube gris regresa más crecida que cuando partió. Atraída por la mujer que coloca de nuevo en la morada de la mente y continuará manipulándola con mayor poder, porque ahora se siente más culpable por sucumbir otra vez, a ese encendido amor habiendo sido infiel a su esposo a pesar de amar al hombre que reposa feliz abrazado a ella. Son inconscientes de lo que está sucediendo y él, en su vulnerabilidad, no puede impedir que la nube roce su sensibilidad quedándose un poco de ella para sí mismo.
Una forma de pensamiento repetitivo que alimenta ella cada vez que se siente culpable por amar, a un prohibido. Regresó voluminosa debido a que al marchar, se dirigió en busca de alimento que poseen personas conectadas con el pensar de la misma culpa.
....Y entiendo, a los absurdos temores haciendo que desconfiara de la tan admirada y deseada María, pudiendo esta enamorarse de otro hombre.
Hoja del Diario de. "Un Viajero en el Tiempo"
Mila Gomez
Si no lo he entendido mal, el sentimiento de culpa que en un principio sobrevuela en la mente de la mujer se instala también en la del amante a través de la energía colectiva que regresa con más fuerza y arrastra a los amantes en un sentimiento aún más intenso de culpa. Deduzco que al tomar conciencia de la infidelidad cometida esa culpa los alejó hasta esperar el momento oportuno en otro tiempo, otra vida y ya como marido y mujer en el que el error del pasado queda saldado.
ResponderEliminarCreo que cuando una energía negativa anda rondando acaba por propagarse y en el caso de coincidir en un ambiente en el que hay una sobre carga de ella puede desencadenar consecuencias terribles, por ejemplo, una discusión entre varias personas y en un ambiente con más personas que contemplan la escena. Los ánimos se van calentando y puede llegar a extremos impensables, es como una reacción en cadena que se va expandiendo.
Un placer recrearme en tus letras en las que siempre hay la reflexión oportuna en la que detenerse a pensar.
Un abrazo enorme y millones y millones de besos, alma bella.
LO entendiste de maravilla, Marina. Es en una vida pasada, ella le es infiel al esposo, ama al amante, al estar juntos la culpa desaparece, solo por momentos, pues esa misma culpa se alimentó de otras culpas que por el camino encontró. Al regresar a la mujer una vez consumado el acto, la culpa en la mujer es mayor, así, continua en cada encuentro ilícito. Al estar los dos amantes juntos con la energía, el hombre también queda prendado en ella.
EliminarEfectivamente, suerte en esta historia, que se vuelven a encontrar en otra vida, él, consigue entender ciertas cosas...y, bueno la culpa se deshizo. Son Karmas, también podíamos llamar vidas encadenadas.
Me alegro muchísimo que encontraras esta entrada, mi querida amiga, es uno de los relatos que más me gusta de mi colección de Kármicos. Gracias mil, preciosa. Hay mucho sobre este tema a debatir.
Un abrazo inmenso, y feliz noche, corazón ;)
Muy bueno!!!! Me encanto
ResponderEliminarMuchas gracias, Lorena. Un placer conocer tu favorable opinión.
EliminarAbrazos.