La gata madre es robusta y de ojos
verdes rasgados, su bebé de meses y mismo pelaje está a su lado, viven en la
calle junto a una caseta abandonada y se han acostumbrado a que les lleve comida.
Al principio salían a comer cuando me
daba la vuelta para irme, a los pocos días me dejaba la madre verles mientras
comían.
Ritual.
*
La madre deja primero que su bebé termine su gana,
luego se acerca ella y come lo que le ha dejado.
*
Al mes siguiente el bebé está más crecido y la madre
come junto a él, los dos tienen la misma ventaja.
*
Un día, otro gato callejero de pelaje gris y negro
llega cuando les puse la comida, la felina madre le mira con prioridad y él
acata su mensaje. Madre y bebé comen primero y cuando aún queda alimento, la
madre mira al forastero con permiso y el gato, se acerca agradecido a compartir
la comida.
*
Ahora el bebé es casi adulto, la madre come primero
y luego con respeto se acerca él a comer con ella.
*
La madre come y el hijo observa desde lejos, no se
acerca a comer al decirle su instinto, que su madre necesitaba toda la comida y
él, ya podía buscarse por sí solo el sustento.
*
*
Mila Gomez.
*
Madre e hijo
se disponen a comer juntos, dos gatos, macho y hembra, se les acercan a la comida y la madre gata, gruñe
al gato y lo aparta con una alzada de mano, mira a la hembra, preñada, y le
indica que coma con ella y su hijo.
Otra escena.
*
Tengo un amigo que tiene un perro, el típico que
cada vez que sale a la calle se enzarza en persecución de los gatos. Una gata con
anterioridad asustada, en esta ocasión lo espera con mirada serena, desafía no
darse por aludida. El perro, “ofendido” se le aproxima con rapidez y unos buenos ladridos para
ahuyentarla. Al llegar hasta ella emite un
gemido y la olfatea. La gata está preñada, se da la vuelta y deja que le gane la
batalla.
Mila Gomez.
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