El Macizo de Montserrat, situado en
Barcelona. Se le dice también “Serrada”, porque en catalán "mont" significa
monte, y "serrat" serrado. Es debido a su morfología, la cual parece haber sido
serrada. Escogí esta montaña para inspirarme en el
relato para el reto de; El Tintero de Oro, al ser para mí, hasta el día de hoy, la más hermosa y enigmática que
conozco, y, por ser una montaña a la que se le atribuyen muchos mitos.
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Cogida de Wikipedia |
Voy con mis padres a visitar Montserrat. Mi padre conduce el coche, mientras mi madre relata leyendas de la montaña:
La Virgen de la Moreneta, fue hallada por
unos pastores en una cueva, ¡pesaba tanto!, que nadie la consiguió mover; allí mismo le
erigieron una capilla. El Cavall Bernat, es una aguja creada por el Diablo, al parecer, un labrador le debía un caballo de nombre Bernat que olvidó devolver, la esposa rezó a la Virgen y
una intensa luz alejó al mal, generando la piedra con forma fálica.
Yo, con doce años, escuchaba
entusiasmada...
Después de visitar a la Moreneta
y el Monasterio Benedictino, pedí permiso para dar una vuelta.
Paz, magia, belleza…, observaba, sentía. Entro en una rosaleda, hay gente, y decido pasear entre las flores procurando pasar inadvertida. Anduve buen trecho hasta tropezar con un pedrusco. Al caer,
descubro una escalera pétrea bien disimulada. Retiro maleza y desciendo.
Camino por suelo terroso. Sentía una poderosa atracción en aquella atmósfera
misteriosa. Repentinamente, estaba a otro lado de la montaña; la oculta, que
nadie ve ni conoce. Se acerca un hombre muy alto de gran belleza;
transmite confianza. Me dice: −Bienvenida a; La Atlántida−. Conviví con los
atlantes una experiencia inolvidable, en una ciudad de ensueño. Afirmaban: Que hay otros mundos debajo de Montserrat. Y fueron los Atlantes supervivientes, que, con su energía, crearon la montaña.
El tiempo se había detenido.
Estaba en la rosaleda, con una brecha en la cabeza.
Mis padres no me creyeron.
©Mila Gomez
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